Frase de la semana

Espero, seas quien seas, que escapes de este lugar. Espero que el mundo cambie y que las cosas mejoren.Pero lo que espero por encima de todo es que entiendas lo que quiero decir cuando te digo que aunque no te conozca, y aunque puede que nunca llegue a verte, a reírme contigo, a llorar contigo o a besarte, te quiero. Con toda mi alma, te quiero.



domingo, 1 de septiembre de 2013

El ser humano


Somos seres llenos de pasión...

domingo, 10 de junio de 2012

Las pequeñas cosas

A veces, en la vida, olvidamos las cosas más importantes. Acaso sea la costumbre del día a día que nos hace olvidar lo que tenemos. Atendemos a cosas que no tienen importancia y olvidamos las que realmente la tienen. Y un día, esas cosas se van, y todas las demás cosas dejan de tener importancia... 


miércoles, 4 de abril de 2012

Baile de miradas


Hoy es un día oscuro, triste. Las nubes despliegan su manto en el techo del mundo, y una brisa fría arrastra mis cabellos carmesíes. Suena la música… camino por las calles vacías, mis pasos acompañan el compás, pasos fuertes, firmes. Ya no veo las calles del mismo tono, ahora son grises, pero eso me gusta. Paso la lengua despacio por mis puntiagudos dientes, uno a uno, sedientos. Muerden ligeramente el labio inferior, sangra, levemente, pero lo suficiente para notar el dulce sabor de la sangre. Cierro los ojos, la música se acelera, el corazón late, la brisa sopla más fuerte, el aire se vicia, solo mis deseos se hacen presentes. Respiro, cada respiración es un latido, un pensamiento, una apetencia carnal. Abro los ojos. Delante está él, sus ojos clavados en los míos, los ojos de un completo desconocido. Su mirada desafiante provoca una sonrisa en los míos. Y entonces bailamos, bailamos estáticos, en completa complicidad. Bajo del metro, no sin una última dedicatoria a todos los pecados cometidos en una fugaz mirada.

viernes, 9 de marzo de 2012

Un punto en el universo


Por todos esos puntos de luz que iluninan nuestras vidas...

martes, 24 de enero de 2012

Sentir que la música te trasporta a un lugar muy lejano...

Estás en aquel lugar, y es entonces cuando suena esa melodía… momento en el cual dudas si es la música la que te traslada a aquel lugar, o el lugar y el momento que te hacen recordar con melancolía esa vieja canción de antaño que tanto sentimiento impulsó, y en más de una ocasión, a un gota de lluvia resbalar entre los labios. 


Pero no es tristeza lo que sientes, sino grandiosidad y plenitud. Eres feliz, porque estás completo. Eres feliz porque es el momento y el lugar, que tan alejados de la realidad están, cómo cercana es la vivencia de ese estallido de pasión  que encierra  tu interior. Y es entonces cuando lo ves todo desde otra perspectiva, con otro color, con otras notas más acordes… 

El mundo se ve, conforme a la melodía que rechina en los corazones de cada persona, y eso, eso es algo propio que nadie más podrá sentir, y podrás afirmar con toda seguridad que ese momento, ese momento  te pertenece



martes, 13 de septiembre de 2011

La teoría de la balanza

En todo objeto y condición, existe un equilibrio que lo hace estable. Si ese equilibrio se rompe, reina el caos y el desorden, hasta la autodestrucción. Afortunadamente, los seres vivos poseemos cierta capacidad homeostática para restablecer el equilibrio inicial.

Este fenómeno no ocurre únicamente en el interior de nuestro organismo, también ocurre en las relaciones con nuestro entorno, y por lo tanto, con nuestra pareja.
A menudo tendemos a pensar que lo que más le puede gustar a tu chicx es que sean cariñosos con ellos, que tengan detalles bonitos, que se preocupen y en resumidas cuentas, que estén encima de ellos.

Dejando a un lado los casos más extremos y centrándonos en una línea generalista, este es cierto, PERO. Cuántas veces nos hemos preguntado, por qué tal chica va detrás de tal otro cuando es un capullo rematado, o por qué una persona de la pareja se curra en un tiempo límite un montón de regalos y entonces la otra persona los deja al poco tiempo, o simplemente cuándo al fin nos deja de gustar la persona por la que hemos estado tanto tiempo perdidamente enamorados, de repente empieza a estar pesada con nosotros. He llegado a saber de parejas en crisis, que la han superado cuando uno de ellos le ha pedido un tiempo, o le ha puesto los cuernos. Aunque los últimos son muestras más drásticas, los nombrados y otros mil ejemplos pueden explicarse bajo mi hipótesis de la balanza.

La hipótesis de la balanza se encuentra bajo el enunciado: “cuanto más das, menos recibes”.Este enunciado requiere de explicación y aclaraciones.



Pongamos que una relación necesita X pesas para ser idónea, con cierto umbral por arriba y por abajo, que representan el esfuerzo y dedicación que prestamos a la relación. Ahora imaginemos una balanza. Cada persona en la pareja es dueña de uno de los platillos. Si quieres que una balanza esté equilibrada, pondrías el mismo peso en los dos platillos, y si por algún motivo, alguien quitase pesas de uno de los lados, la otra persona también debería hacerlo para que quedase equilibrada de nuevo, y no cayesen los pesas. Pero entonces el número total de pesas disminuiría, alejándose del ideal. Lo mismo ocurriría si ponemos más pesas en la balanza. Ahora bien, lo cierto es que tendemos a no ver la balanza, y solo apreciar el número total de pesas. En la realidad, cuando una persona pone más pesas en su platillo de la balanza, la otra tiende a quitar de la suya, permaneciendo invariable el número total de pesas, pero desequilibrándose la balanza. Ante está situación de peligro, la platilla que más pesas tiene, añade más, y la otra aun quita más de la suya. El resultado final si sigue esta tendencia, es que se rompa el equilibrio y la relación se desmorone. Nos hayamos ante el ejemplo de aquel que colma de dedicación a la otra persona, y una de dos, se acaba cansando de tanto dar, o es la otra persona la que corta debido a lo agobiada que se siente. Igual ocurre en el caso contrario. Si la otra platilla empieza a vaciarse, más atención prestaremos a esa persona, etc.

La solución pues es bien clara. Primero ver si nos interesa mantener o empezar esa relación, y acto seguido tener SIEMPRE en cuenta el equilibrio de la balanza. Si la otra persona  empieza a alejarse de nosotros, lo que debemos hacer es alejarnos también, no olvidando el cómputo total de pesas, que si no es suficiente, tampoco lo serán los lazos que unen la relación. Y si se apega demasiado, ser comprensivos y dedicar más tiempo a esa persona, que posiblemente se halle en un mal momento o sienta que nos hemos distanciado. Quizá alguna persona sienta miedo que al responder de tal forma, el cómputo total de pesas se aleje demasiado del ideal, pero hay que tener en cuenta que prevalece el equilibrio de la balanza, porque si ayudamos a equilibrar, acabará equilibrándose sola, y en un tiempo que a muchos les parecerá asombroso. Si no se soluciona en absoluto, quizá sea que el número de pesas ideal a cada uno es MUY distinto, y recalco el “muy” porque incluso éste tiene a equilibrarse entre ambas personas con el tiempo.


Espero que os sea útil mi resolución.

jueves, 21 de julio de 2011

La desesperación de Van Gogh



Ella no había sido siempre así. Hubo un tiempo, en el cuál había sentido la plenitud de ser feliz. Pero su vida se había tornado gris. Los últimos tiempos la habían consumido.  Un vacío creía en su interior, día a día, y sin comprender por qué, cada noche dejaba derramar unas lágrimas en su almohada.

No hay nada más difícil que luchar consigo mismo. Se veía empequeñecida, insegura de si misma, dependiente de otros, pero también con ganas de estar sola. Cualquier comentario hacía que se viniera abajo. Y no podía más que tumbarse en su cama para intentar calmar su alma herida, aquella serpiente que se enroscaba en su cuello y no la dejaba respirar. Y la pequeña muralla que conseguía durante en día alzar en torno a su debilitado corazón, se venía abajo cual castillo de arena al subir la marea.

Evitaba quedar con amigos, en parte porque no le apetecía, y en parte por miedo, aunque de aquello fue consciente tiempo después. Pero lo que más le dolía era la incomprensión de su pareja, que harta de su ánimo decaído la postraba en un afán por despertar en ella algún tipo de reacción. Últimamente la relación se había tornado un barco a la deriva, que seguro de no encallar, se había abandonado en el gran océano azul en busca de algo que ya nadie de la tripulación recordaba.

La chica se arrimó a la cubierta del barco, un viento helado golpeó su rostro y envolvió sus cabellos en una melancólica canción. Se oían risas de fondo, era ella junto a los amigos con los que antaño había compartido tanto antes. Sonrió y salto al vacío. Por fin, era libre…


NOTA:
La depresión (del latín depressu, que significaba «abatido» o «derribado») es un trastorno que afecta al organismo, al estado de ánimo y a la manera de pensar, de concebir la realidad. Afecta al ciclo normal de sueño-vigilia y alimentación. Se altera la visión de cómo uno se valora a sí mismo (autoestima), y la forma en que uno piensa.

Las causas de depresión son el resultado de la acción de varios factores: químicos, hormonales, genéticos y psicosociales.

Según la OMS, en 2002 representó un 4,5% de la carga mundial de morbilidad y afirma que para el año 2020, la depresión será la segunda causa de incapacidad del mundo
Más información: http://www.depresion.org/articulos/articulo.php?id=9